Las vacaciones de verano son la oportunidad ideal para que los chicos compartan tiempo libre con sus padres, abuelos y tíos.
Unos días en el campo, en la playa, o en cualquier actividad al aire libre... en el momento en que se reúnen en la mesa los grandes y chicos pueden compartir juegos que ayuden a profundizar los lazos que los unen. En lo que a juegos de mesa se refiere, los más pequeños podrán jugar juegos de imágenes, mientras los mayores de cinco o seis años podrán aventurarse a juegos de intelecto que involucren competencias con conocimiento de lenguaje o de matemática. Cuando sea mayor de ocho o nueve años, ya puede comenzar con juegos donde sea necesaria una estrategia.
El mayor que juegue con ellos, debe seguir al niño según su capacidad, y a medida que mejore su juego, aumentar el nivel de competencia, para que no se pierda el interés.
Los juegos de madera y los imantados son especiales para jugar al aire libre, por su peso y adherencia evitan que las piezas se pierdan cuando sopla el viento adamás vienen en cajas o maletines, lo que facilita su transporte.
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